lunes, 7 de febrero de 2011

~ Capitulo 7;

     Volvimos a casa. La verdad, había sido un día bastante divertido, y lo necesitábamos, en especial Inés. Lo de ser tartamuda no le había ayudado mucho en la vida que digamos. Y encima Danny Jones. Teníamos un gran aprecio por ese grupo. La música, por decirlo así, era como una más de nosotras. Siempre, en nuestros momentos estelares, buenos, malos o regulares, había música. Música que ayuda, opina, emociona y/o inspira. Recuerdo cuando empecé a tocar la guitarra, todo un invento de un profesor del orfanato. El señor Alfred, si no recuerdo mal. Gran, gran persona. Al fin y al cabo, me ayudó siempre. Recuerdo cuando Inés quiso que le enseñase, y como poco a poco iba avanzando. Su cara de felicidad al ver que lo conseguía. Recuerdo a Noelia, que al vernos a nosotras, ella también quiso. Pero nunca le terminó de gustar del todo. Sin embargo, se decantó por el piano. Nunca llegué a saberlo con certeza, pero seguramente fue otro invento del mismo profesor. Se podía decir que esta familia llevaba la música bien cerca.
     Cuando entramos al salón, no solo estaban Noelia y Jack, como esperábamos, sino también Gio y Tom. Todos vinieron a saludarnos.
Gio: ¡Ei! ¿Cómo ha ido el día? :D
Carla: Si, bien. Pero... Pero... ¿Tú y Tom? O sea... ¿Qué? Qué calladito te lo tenías, bonita. Jajajajajaja.
Gio: Si... Bueno... Yo... Jajajaja.- le dió la risa tonta.
Carla: ¡Anda, vamos! Jajajaja
     Pasamos al salón y nos acoplamos en los sofás.
Carla: ¿Y cómo vosotros por aquí?
     No sé si algún día me acostumbraría a tener a alguno de esos chicos en el salón de mi casa...
 Tom: Pues nada... Danny vino a... Ya sabes, hablar con Inés y eso...
Carla: ¿Qué?
Inés: ¿En-en serio?
Carla: Será...
Noelia: Pero se fue al ver que no estaba.- dijo interrumpiéndome.
Carla: Mejor. -dije con tono seco.
Gio: Carla, tía, no hace falta que seas así. Solo venía a disculparse...
Carla: -subiendo el tono de mi voz.- ¡Si hubiera pensado las cosas un poco no haría falta que se disculpase! -respiré hondo y me tranquilicé.- Joder, Gio, lo siento, pero es que...
Gio: -se levantó hacia mí.- No pasa nada :) Todos tenemos que pedir perdón alguna vez, no somos perfectos, ¿verdad? -me besó en la mejilla y se volvió para Tom.- Nosotros no vamos ya, ¿no?
Tom: Sí.- se levantó, vino hacia mí y me besó en la mejilla como Gio.- Danny es muy buen tipo. Solo habéis empezado con mal pie. Deberías conocerlo mejor ;).
     Seguidamente se despidieron con los demás con sus fantásticas sonrisas y un movimiento de mano. Noelia los acompañó a la puerta.
Jack: Bueno, también es hora de que me vaya yo. -se giró hacia mi.- Tendrías que darle una segunda oportudidad. Tom y Gio tienen razón.
     Tenían razón. Y una parte de mí lo sabía perfectamente, pero otra decía que no. Que no se merecía nada. Que le había hecho daño a Inés y eso me dolía incluso más a mi. Jack se fue a la puerta, donde aún estaba Noelia. Yo caí en el sofá, con la mirada perdida, debatiendo mentalmente que hacer. Inés se sentó a mi lado y apoyó su cabeza en mi hombro.
Inés: ¿Ti-tienen ra-zón?
Carla: No lo sé. Puede. Pero no quiero que vuelva a ocurrir nada de ayer otra vez. Porque sino...
Inés: Yo no qui-quiero estar enfa-fadada con él...
Carla: Bueno, tú no te preocupes, ya veremos lo que hacemos, ¿vale?
     Inés se limitó a asentir. Puede que no le convenciera, a mi tampoco lo hacía. Solo podíamos esperar, ya que no era cuestión de ir a hablar con él, a su casa, ni de coña. Ni que fuéramos perros falderos ¬.¬ . Noelia volvió a entrar al salón. Ya había despedido a los chicos.
Carla: Bueno, ¿y tú qué?
Noelia: Yo nada. Jajajajajaja
Inés: ¿Y aho-ra por qué te-te ríes? x) -dijo sentándose bien en el sofá.
Noelia: -se encogió de hombros.- No sé. Jack me ha dicho que ha cortado con ''la otra'', pero no sé, se ve que estaba - o está- bastante pillado por ella... -se quedó pensativa un segundo.- Baaah... Jajajaja
Carla: Aún no lo pillo... x) Bueno, mientras seas feliz. x)
Noelia: Pues eso. Que el día ha estado muy, muy bien.
Inés: Deta-talles YA ;)
     Noelia nos empezó a contar lo habían hecho, y claro, nosotras no fuimos menos. Y sin darnos cuenta, entre unas cosas y otras, empezamos una de nuestras conversaciones que se quedan para los restos. Para terminar aquel día, cogimos algo para cenar. Poca cosa, la verdad, no había muchas ganas. Seguidamente a la cama. No sé cómo lo hago, pero de nuevo, todas las paranoias que habían desaparecido mientras hablaba con las chicas, volvieron. Eso no es bueno. Asi que opté por coger el iPod y poner algo de música. Sí, eso siempre funcionaba. Le bajé el volumen, en plan relajación, y poco a poco, inconscientemente, me quedé dormida.
Al día siguiente.
     Me despertó el sonido de mi móvil al vibrar en la mesita de al lado de mi cama. Un mensaje. Sin abrir del todo los ojos, me giré sobre mi misma apoyándome en un costado. Eso hizo que me claváse el auricular del Ipod. Sí, muy inteligente yo. Me quité los auriculares y miré el Ipod. Se había apagado, seguramente se habría quedado sin batería. Alargué mi mano y lo dejé en la mesita, de paso, cogí el móvil. Primero, hora. 9.27. Segundo, mensaje. Lily, mi compañera del bar. Me cambiaba el turno. Aparté la mirada de la pantalla de teléfono e hizé un esfurzo por acordarme. Al final, logré recordar que tenía turno por la tarde. Pero si Lily me lo cambiaba, sería mañana por la mañana. Conclusión, de nuevo, día libre. Volví a mirar la hora. 9.33. Puff... Me daba mucha pereza levantarme. Cuando digo mucha, es mucha. Total, tenía el día libre, asi que un ratito más en la cama no pasaría nada.
     De nuevo algo interrumpió mi sueño. Esta vez el timbre. Tsss -.- Volví a mirar el reloj del móvil. 10.47. Bueno, suponía que sería la hora de levantarse ya, además con el sonido tan ''maravilloso'' del timbre, no te daban más ganas de seguir durmiendo ¬¬'. Me levanté a duras penas y subí la persina. Tiempo nublado, típico de allí. Por mucho que no me gustara, había que aguantarse, por lo menos, hasta que Noelia inventase aquella máquina que sería capaz de cambiar el tiempo a soleado xD. Me vestí y me arreglé un poco, lo justo. No era cuestión de bajar en pijama y la/el que fuera que hubiese entrado en casa me viera con esas pintas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario