Carla: Cuantas pecas. –dije pasando mis dedos por encima de todas las de su pecho.
Danny: Las odio. –acariciaba mi pelo y mi espalda desnuda al mismo tiempo.
Carla: Porque eres así de raro. Que todo el mundo ama las pecas de Danny, pues Danny las odia.
Danny: ¿En serio piensas que soy raro? –dijo soltando una de sus carcajadas, que hizo mover mi cabeza a la vez que se movía su pecho debido a la risa.
Carla: No lo pienso, lo sé. –afirmé. – Dios, mi cabeza. -me quejé.
Danny: No estás acostumbrada a beber, ¿verdad?
Carla: Ya te dije que yo no bebo. Pero me obligaste. –cambié de posición, poniendo ahora mi cabeza en la almohada, mirándole.
Danny: ¡Eh, yo no te obligué a nada! Sólo que… -dijo sin acabar la frase.
Carla: Déjalo, Danny, da igual. –reí, mientras cerraba los ojos, e intentaba quedarme dormida. Lo estaba consiguiendo hasta que mi estómago hizo un ruido, pidiendo comida. –Oh… ¿Tienes hambre? –pregunté a Danny.
Danny: No. ¿Por?
Carla: ¿Es que no has escuchado eso?
Danny: ¿El qué? –de nuevo, volvió a sonar, en el momento oportuno. – Ah, vale. Jajajaja
Carla: -me destapé, y me incorporé en la cama.- Voy a por algo. ¿Seguro que no quieres? –giré mi cabeza para ver que me respondía.
Danny: No, no. ¿Vas a bajar así?
Carla: ¿Así como? –pregunté mientras me ponía mis braguitas.
Danny: Jajajaja. Anda, ponte esto. –me lanzó, justo a la cara, su camiseta.
Carla: Gracias, eh. ¬¬ -me la supe.- Me queda enorme. Jajajajaja. –Me llegaba por debajo del culo.
Danny: Te queda sexy. –puso un brazo por detrás de su cabeza y la apoyó en él, mirándome más detenidamente.
Le saqué la lengua y bajé abajo. No se escuchaba nada y la casa estaba a oscuras, sólo entraba algo de luz, por las ventanas principales, proveniente de las miles de lucecitas del centro de Londres. Con cuidado llegué hasta la cocina. Estaba buscando algo en la nevera cuando escuché unas llaves abrir la puerta de casa. Me asomé por la puerta de la cocina y miré a ver quién era. No lo supe hasta que no encendió la luz del comedor. Era Inés. La puerta estaba aún abierta. No me fijé demasiado, pero juraría que estaba Noe y Jack ahí, abrazados o lo que quisiera que estuviesen haciendo. Era Inés, y me había olvidado por completo de ella en toda la noche. En aquel momento me sentí súper mal. Mi corazón se rompió en pedacitos chicos, que se esparcieron por todo el suelo. Cuando me vió me me quedó mirando, seria.
Carla: ¡Inés! –dije con emoción, yendo hacia ella. Fui a abrazarla, pero dio un paso atrás, evitándome.
Inés: ¿Qué haces así v-vestida? –preguntó en un tono seco. Muy seco. Tanto que pasaron unos segundos hasta que me centré directamente en la pregunta.
Cuando lo hice, mi miré a mi misma, empezando desde abajo. Sólo llevaba unos calcetines de rayas de colores rosas y grises, la camiseta de Danny, a modo de vestido muy cortito, y mi pelo no debía de estar muy ordenado.
Carla: Esto… Yo… -balbuceé.
Inés: Esa c-camiseta es d-de Danny…
Carla: Inés… No…
Inés: Di-dime que no es lo q-que estoy pensan-do. ¡Carla, Di-dime que no es lo q-que estoy pensan-do! –gritó.
Carla: Inés, por Dios, tranquilízate… -dije en el tono más pasivo que pude.
Ella no me hizo caso. Se me quedó mirando durante unos segundos, esperando que le dijera que no, que no era lo que ella estaba pensando y vi como en sus ojos nacían algunas lágrimas. Ella quería contenerlas y mordía su labio inferior. De repente echó a correr escaleras arriba. Yo la seguí, porque sabía a dónde iba. Se paró enfrente de mi habitación y vio a Danny. Entonces sí que no pudo contener sus lágrimas por mucho tiempo más. Porque esa imagen valía más que cualquier cosa que le pudiese decir.
Danny: ¡Inés! –exclamó sobresaltado al verla.
Inés: ¡Te odio! -dijo mirándome.- ¡Os odio! –esta vez mirando a Danny.
Giró su cuerpo y empezó a irse de allí, pero le agarré del brazo.
Carla: Inés, espera. No tienes ni idea de lo que ha pasado.
Inés: ¿!Cómo puedes decirme eso!? ¡Puedo ser tonta, pero no tanto! –gritó enfadada. Al hablar tan rápido, a penas se distinguía su tartamudeo.
Carla: Inés… -empecé, pero me cortó.
Inés: Inés nada. ¿Para eso me dices que no es bueno para mi? ¿Para tener vía libre y follar con él tranquilamente? –gritaba y sus lágrimas caían sin cesar.- ¡Suéltame, Carla!
Carla: ¡Inés, eso no es verdad!
Inés: ¡Qué me sueltes! –dio un gran tirón de su brazo y se fue a su cuarto directa, dando un portazo.
Carla: Dios… -susurré, mientras , me agachaba y me sentaba en el suelo, pasándome las manos por la cara.
Danny: ¿Qué cojones ha sido eso? ¿Por qué coño os habéis peleado? –dijo saliendo de la habitación.
pobreta inés ... pro que quieres que te diga , Carla y Danny estan destinados a estar juntos xD al menos lo veo así hahaha
ResponderEliminarpequeño algodon de azucar me ha encantado !!
además que parece que Danielo y carla se llevan mejor , no ?
hahaha
sube prontito !! un super ciberabrazo de los que te dejan sin respiración :)
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! pobre Inés :'(
ResponderEliminareres mala eh ¬¬
P.D: no me estoy leyendo el libro de inglés por tu culpa, si suspendo caerá sobre ti y tu supercalifragilisticoespialidoso fic ¬¬
ale, ahí queda eso. Love youuuuuuu <33
Y que pasa con el pobre dougie, nadie piensa en el? Yo lo consolaré jaja
ResponderEliminar