Carla: Eres un pesado, Danielo.
De nuevo, como si de un niño chico se tratase, volvió a la posición de brazos cruzados. Me quedé observándolo durante un momento y reí. Luego me acerqué a su oído.
Carla: No te me pongas como si tuvieras 4 años, porque a mí me gustan más maduritos.
Me separé de él, y ví como, con una sonrisa espléndida en la cara, se erguía.
Danny: Vale, creo que empezamos a entendernos. –dijo ya con tono normal.- Entonces… ¿Eso ha sido un ‘sí, Danny, hazme el amor como si fuera la última vez’?
Carla: Si más crío que tú no hay nadie. –reí.
Danny: Eso es lo que tú te piensas. –volvió a alzar una ceja.- Aquí nuestro amigo está hecho todo un hombrecito.
Carla: ¿Te he dicho ya que eres un idiota? –le dije riendo. Le cogía por el cuello y le atraje a mí. Le besé. Yo, besé a Danny. Joder, lo que hace el alcohol.
Danny se puso de pie, sin separar nuestros labios, yo lo hice en el sofá. Rodeaba mis muslos con sus brazos, y mis manos se movían ligeras por su pelo. Me separé de él dejándolo con las ganas, y me miró pidiendome más.
Carla: ¿Subimos arriba? -hablé encima de sus labios.
Él me volvió a besar, cogiéndome en peso. Yo enrosqué mis piernas alrededor de su cintura. Nuestras lenguas no se separaban ni un segundo. Como si de una guerra se tratase, luchaban la una contra la otra. Cada varios largos segundos teníamos que separarnos a coger aire. Subió las escaleras conmigo enrroscada a su tronco. En la planta de arriba se perdió. No sabía cuál era mi habitación. Bajando de él, le cogí del cuello de la camiseta y le dirigí hasta ella. Entramos en ella, y cerrá la puerta con su cuerpo. Empotré mi cuerpo contra el suyo, que a su vez, lo hizo con la puerta. Un quejido ronco salió de su boca.
Metió sus manos por debajo de mi camiseta, igual que yo lo hacía con él. Ahora me centraba en su cuello, dándole pequeños bocados que le excitaban. En esos momentos , la habitación estaba completamente a oscuras, pero aunque no lo viera, más de una marca le dejé sellada. Oir su respiración cada vez más acelerada en mi oído hacía que quisiera ir más rápido. Me quité la camiseta fugazmente, y mientras él se encargada del sujetador, yo le fui desabrochando el pantalón. Vi que estaba muy, muy excitado y me hizo gracia. Él mismo se terminó de quitar lo pantalones con la ayuda de sus pies. Hice lo propio con los míos. De nuevo, fui yo la que le quité la camiseta Danny.
Y ahora, sólo nos separaba la fina capa sus bóxers y mis braguitas. Apartó las manos de mi espaldas, para coger las mías que estaban en su nuca. Las agarró con fuerza y cambió las posiciones. Ahora fui yo la que solté un gemido al chocar contra la puerta. Sin soltar mis manos, las colocó en la puerta también, dejándome inmóvil. Todo mi cuello fue invadido por sus labios, sus dientes y su lengua. Mis hormonos podían salir disparadas a 300 por hora. Aquello me ponía bastante, y Danny lo sabía, por lo que se tiró mucho rato haciendo lo mismo. De vez en cuando bajaba por mis pechos, mi barriga, la zona prohibida, y de nuevo, subía.
Carla: Danny... -eso o algo parecido era lo que intentaba decir.
Danny soltó mis manos. Después de un rato, por fin empecé a sentir la sangre fluir por ellas. Ahora sus manos estaban en mi mejillas, mientras me daba un beso muy distinto a los demás. Me pilló muy desprevenida, así que casi muero por falta de respiración. Se separó de mí, y con los ojos cerrados posó su frente en la mía. Los dos teníamos la respiración demasiado acelerada, sin haber llegado a nada aún. Mis manos estaban en su pecho, y se movían al compás de sus pulmones. Él dirigió sus manos a mi trasero. Acercó mi zona prohibida con su zona prohibida, separadas por la ropa interior. Sentirlo ahí me hizo soltar un gemido más, que hasta ahora fue el más fuerte.
Danny me miró con una sonrisa ladeada. Entonces, con la ayuda de sus dedos índices recorrió la goma del filo de las braguitas. Cada dedo por un lado, acabando los dos otra vez juntos, justo en donde se encontraba un florecita de tela. Aquel desplazamiento hizo vibrar todo mi cuerpo, desde la punta del dedo gordo de mis pies hasta el último pelo de mi cabeza. Dió un paso hacia atrás. Con sus dedos enganchados aún, hizo que me moviera con él. Así hasta caer en la cama.
Yo encima de él, con cada una de mis piernas a un lado suya. En un abrir y cerrar de ojos, las últimas prendas que nos acompañaban se fueron al suelo. Y quizás todo estuviese yendo demasiado rápido, pero la rapidez o la lentitud no era lo que importaba ahora. Otro cambio, uno que no sé muy bien como se llevó a cabo, me dejó debajo de Danny, cogiendo el mando a él, que parecía que se le daba bien. En un momento que no me esperaba para nada, se levantó, dejándome sin saber qué hacer. Buscó en el suelo sus pantalones. Cuando los encontró cogió algo del bolsillo y volvió conmigo a la cama. Me enseñó orgulloso un preservativo. Intentaba sorprenderme con la talla. Reí y él se lo puso ágil.
Y sin más preliminares, comenzó a entrar en mí. Iba rápido, ansioso, deseoso, pero a la vez cuidadoso, pulcro y metódico. Los gritos de placer no tardaron en surgir, inundando toda la habitación. Algunos gemidos más ásperos de Danny acompañaron los míos. No bajó el ritmo durante un rato muy largo, y eso me sorprendió, porque yo ya empezaba a cansarme. Aún así, no le dije que parase, por que no quería parar, por que aquello era demasiado apasionante y provocador como para querer parar.
Sudores fríos, respiración acelerada, piel de gallina, embestidas que hacían incoporar mi cuerpo formando una 'v', agarrar el pelo de Danny como si se tratase de la cuerda que sujetaba mi vida. Aquel momento parecía estar alagándose hasta la eternidad. Finalmente Danny paró. Se desplomó, cayéndo a mi lado.
Estaba boca abajo, con la cara hundida en la almohada y respirando con dificultad. Estaba muerto, había hecho un esfuerzo enorme. Me giré, mirando hacia él. Empecé a besarle dulce y suavemente el brazo. Era lo que más cerca estaba de mí y menos esfuerzo tenía que hacer, que yo también estaba muy cansada. En realidad no sé porqué lo hacía. Quizás sea mi forma de darle cariño, de darle energía o darle una recompensa. Él se giró medio sonriendo, se puso boca arriba y me acercó a él. Le seguí dando pequeños besos, esta vez por el pecho. Él mientras acariciaba el pelo de mi cabeza. Después de varios minutos, conseguimos estabilizar nuestras pulsaciones.
Duendecillos y tú. Sí tú, ansiosa.
Aquí está el cap +18. Bueno, supongo que ya os habréis dado cuenta. xD
Espero que no os hayáis asustado mucho, y que no me guardéis rencor por ello.
Si en este capítulo no me dejáis comentario, lo entiendo, así que no me enfado. xD
LOVE YOU ALL. <3
madre del amor hermosos , truenos rempagaleantes , gnomos de jardin !!
ResponderEliminarEL CAP ES MARAVILLOSAMENTE AWWWWWWWWWWWWWWWWW
xDDD Al final Carla cayo jijijiji lo sabia !
lo sabia ! nadie se resite a Danny Jones xD
Creo que de los mejores caps xDDDDD
en serio ... este +18 me ha encantado xDD
como todo el fic, no pienses mal xD
2 megabesos es la mejilla pequeña mandrágora !!!
whoop xx
TÚÚÚÚÚÚÚÚÚ! ya era hora! y supongo que con eso de ansiosa te refieres a mi, no? si, te refieres a mi
ResponderEliminarxD
bueno, pues que me ha encantado! tú mucho decias, pero tía, estos caps se te dan de p***a madre xD
emmm como lo diria, te ha quedado supercalifragilisticoespialidoso (casualmente algo que dijo el pecoso xD)
Bueno ssserda, ahí queda eso.
tendrás la recompensa en mi fic muahahahah xD
te quiero pichurrina(? <33
o.o
ResponderEliminarsigue escribiendo dios mio xD