martes, 20 de septiembre de 2011

~ Capítulo 42;

POV CARLA.
Después de la llamada de Tom a Doug no nos entretuvimos más y volvimos a casa. Aquella idea nos gustaba demasiado como para dejarla, además, sería un comportamiento muy egoísta por nuestra parte. Apresuradamente entramos en la casa de los chicos.
Tom: ¿Habéis comprado eso? –dijo sin ni siquiera saludar antes.
Dougie: La bebida.
Tom: Bien. ¿Y vosotros? –les preguntó a Danny y a Inés.
Danny: Patatas, golosinas, pipas… -dijo mirando el interior de la bolsa de plástico que llevaba Inés en su mano.- ¡Globos! –exclamó emocionado sacando una bolsita.
Tom: Vale.- No hizo mucho caso a Danny.- Y Gi…
Gio: Aquí estoy. –acababa de entrar por la puerta. – Carne y las patatas.
Tom: Perfecto. –dijo sonriendo. Por primera vez desde que Doug y yo entramos en casa, parecía relajarse, y sólo con la sonrisa de Gio.
Gio: Cariño, tú te encargabas de la música.
Tom: Ah, sí. –Dijo volviendo a la realidad.- He encontrado un par de discos por casa que les gustará escuchar.
Nadie tomaba en cuenta la tensión que Tom llevaba en el cuerpo. Era como algo normal. Cuando algo había que preparar, nadie se preguntaba quién lo iba a organizar. Era una regla no escrita. Tom lo hacía siempre. Y aunque, si no estabas acostumbrado podía estresarte, sabías que lo hacía para que todo saliese genial. Sin embargo, siempre estaba Gio para calmar la situación.
Gio: Vamos amor, hoy lo pasaremos estupendamente. Relájate. –pasó las manos por los hombros de su chico.
Tom: Está bien. Pero hay que ponerse manos a la obra. Cuando lo tengamos todo listo, los llamamos y… ¡pum! ¡Sorpresa! –gritó emocionado.
Los demás reímos y le hicimos caso. Preparamos la mesa, con vasos, platos, la bebida, la música, apartamos los sillones para dejar espacio para luego poder bailar con comodidad, y bueno… Danny hinchó muchos, muchos, muchos globos.
Tom: ¿Cómo vais? –dijo saliendo de la cocina al salón. –Vaya, sois muy eficaces. –viendo todo lo que habíamos avanzado.- Me gusta, me gusta. –sonrió. –Lo nuestro ya casi está.
Carla: ¿Los llamamos? –sugerí.
Tom asintió con la cabeza aprobando mi idea. Busqué en mi bolso el móvil y a la primera que llamé fue a Noelia.
Carla: Eh, Noe, ¿qué tal? .. Ajam .. Oye, hemos pensado de comer y pasar la tarde aquí con los chicos  ..  Ya sé que no tienes ganas .. Vamos, anímate .. Está bien. Te esperamos. –colgué. Mi capacidad de convencimiento había funcionado.
Dougie: Yo llamo a Harry, yo llamo a Harry. –gritaba impaciente como un crío.
Carla: Vale, vale. Toma. –le ofrecí mi móvil.
Dougie: Yuhuuu. –dijo feliz. Carraspeó un par de veces antes de dar a la tecla verde. Al otro lado saludó desganado Harry. – Hola cariño. –reímos todos, y seguro que Harry soltó alguna sonrisilla. - ¿Qué haces? .. Qué .. ¿Divertido? –rió de nuevo. –Oye, queremos pasar una tarde tranquila en casa. –Sí, tranquila, pensó Doug, que rió para sus adentros. -¿Por qué no os venís a casa? .. Alice y tú, sí .. Vale, no tardéis. –colgó. –Prrremio. –dijo alegre.
Carla: Falta Jack.
Danny: ¿No estaba con Noe? –preguntó extrañado.
Carla: No, ella estaba sola.
Dudamos. Ellos siempre pasaban el mayor tiempo posible juntos, como todas las parejas, y si Noelia estaba sola, a lo mejor es que ya no eran pareja, lo que daba pie a que no tuvieran muchas ganas de fiesta, y menos de verse, sabiendo que no podrán estar juntos más tiempo.
Inés: Vamos, una fies-ta anima a cual-quiera. –comentó, que se ve que había pensado lo mismo que yo.
Danny: Tiene razón. Además, ya hemos avisado a los demás.
Les hice caso y llamé a Jack. De nuevo, tuve que insistir demasiado para que aceptara. Al fin, lo hizo. En pocos minutos le darían esa sorpresa que había sido idea de Fletcher, como una despedida. Los ánimos de Jack y Alice en los últimos días, junto con sus parejas, o sus ex parejas en esos momentos, no era muy bueno. Quería que recordaran su último día en la ciudad con sus amigos como algo divertido.
En pocos minutos el timbre sonó. Teniendo en cuenta que vivían a escasos metros, tampoco iban a tardar mucho en llegar, por eso tenía que estar todo listo en poco tiempo. La primera en llegar fue Noelia, que aunque quizás fuese la que menos ganas tenía de ir, no tenía otra cosa mejor que hacer. Al medio minutos, antes de que Gi cerrara la puerta después de dejarle paso a Noelia, aparecieron los otros tres: Jack, Harry y Alice.
Gio los condujo al salón, donde los demás esperábamos escondidos. Con un grande y largo ‘¡sorpresa!’ asombramos a los cuatro. Una risa irónica se instaló en sus rostros. El salón estaba lleno de globos, Danny reía escandalosamente cuando por ‘accidente’ explotaba alguno. Parecía un enano de 5 años. Lo peor es que Dougie le seguía el rollo y aquello era un espectáculo. La comida en la mesa olía demasiado bien como para esperar más a devorarla.
Notablemente habíamos subido el ánimo de los chicos. En la comida no pudo haber más risas porque no había más tontos en ella. Antes de que llegaran habíamos pactado no hablar ni una sola de vez de que los hermanos se iban ni nada por el estilo. Observamos cómo ninguna de sus parejas se sentaron juntos, aunque si conversaban animadamente y reían entre ellos. Tampoco hablamos de ello.
Comimos y recogimos después de un largo rato más de risas, aunque apenas quedaba ya en la mesa y menos teníamos ganas.
Después de haber recogido por completo la cocina, ya que nadie quería llevarse una bronca por parte de Tom, nos fuimos de nuevo al salón. Justo cuando entrabamos por la puerta, Tom daba al play de su gran equipo de música. Las canciones más cañeras empezaron a inundar la sala y nuestros cuerpos no se pudieron resistir a bailar. Además, Tom facilitó algunas bebidas refrescantes, la mayoría sin alcohol, aunque sí, los chicos bebieron con alcohol. Menos mal que nosotras le frenamos en el límite. Porque si ya eran locos sin alcohol en la sangre, no se querían imaginar que sería de aquella casa tan bonita como bebieran demasiado, quizás la quemasen o rompieran a golpes.
Todo parecía estar yendo perfectamente, acorde con el plan Tom. Nos lo estábamos pasando genial, todo era muy divertido, Jack y Alice se olvidaron de su viaje, aunque no por mucho tiempo. Decidieron irse antes que los demás, ya que tenían que seguir preparando cosas. No tenía mucho sentido seguir la fiesta sin ellos, pero insistieron. Gio y Tom salieron a despedirlos.
Jack: Chicos, en serio, ha estado genial. Ahora terminaréis vosotros por todo lo alto, como en los viejos tiempos, eh Tom.
Tom: Sí, pero… No sé… - dijo no muy convencido.
Alice: Nada. –le cortó.
Gio: Alice, cariño, aun no nos habéis dicho cuándo ni dónde sale vuestro vuelo. Tendremos que ir, ¿no?
Alice: No. –dijo sonriente, aunque le estaba empezando a dar ganas de llorar de nuevo.
Gio: ¿Cómo qué no? –preguntó sin entender.
Jack: Está ha sido nuestra despedida. La mejor que podíamos tener. No queremos otra, y si la hay mañana será peor.
Alice: Quiero tener el recuerdo de todos aquí, -continuó. – no de diciéndonos adiós con la mano y llorando desconsoladamente mientras entramos en el avión.
Gio: Dios, os voy a echar mucho de menos. –dijo abrazando a su amiga.
Alice: Es hora de irnos. Os llamaremos pronto, en cuanto lleguemos. –concretó. –Quiero noticias del pequeño, ¿entendido? –dijo posando suavemente la mano en el vientre aún plano de Gio.
Un par de abrazos más, un par de besos más, un par de ‘te quiero’, ‘os echaremos de menos’ y mil derivadas más. Los últimos para ser exactos, durante mucho tiempo.
La pareja volvió a entrar de nuevo con la intención de seguir aquello aunque Jack y Alice se hubieran ido ya. No comentaron nada de lo que le habían dicho de ir a despedirles al aeropuerto, querían terminar el día tan bien como lo estaba siendo. Y con ideas como las de Gio y Tom era demasiado fácil.

Gio: Vamos chicos. Recojamos todo esto que hoy hacemos acampada en el jardín, todos juntos.
Sin más, se puso a recoger platos. Ese plan de dormir en el jardín sonaba demasiado bien como para rechistar, así que no lo hicimos. Sonreímos al darnos cuenta de que Gi y Tom siempre tenía las mejores ideas, hacían una pareja increíble. Éramos  8 personas, luego todo quedó recogido en media hora más o menos. Los chicos tenían sus propias tiendas de campañas. Una para cada uno, lo que quería decir que las chicas compartiríamos noche con ellos. Cada una con su pareja y bueno, Harry y Noelia.

2 comentarios:

  1. uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuh.....
    Me da tanta pena... T.T
    Pero eso, que no lo acabo de entender...
    Se supone que se han independizado y tal no sé porque se tiene que ir..
    Aunque, bueno, alomejor tiene que salir de escena....
    En fin, que estoy deseando leer la acampada... alguna tonteria seguro que haran, xD

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  2. Me da mucha pena que esto se esté acabando...

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