sábado, 24 de septiembre de 2011

~ Capítulo 43;

Hola bichejos.
Solo quería pediros que deis señales de vida quien lea esto. Ya es sólo por simple curiosidad, ya que a esto le queda más bien poco. So.. ¡comentad! ;) Anyway, gracias a los que sí lo hacen. Que me hacéis tope feliz, jopé. *-*
Loooove you all. <3                                     

Torpes. Esa es la palabra que nos definía. Las tiendas de campaña y su montaje era lo más complicado que alguien podía hacer en su vida. Dougie y yo no parábamos de discutir. Que si ese gancho no va aquí, que si estira esa tela, que  si lo tienes que tensar más, etc. Al final, no tuvimos otro remedio que pedir ayuda.
Carla: Harry…
Harry: ¿Tampoco podéis? –negué con la cabeza con una pequeña sonrisa. –Pedazo de inútiles. –rió.
Terminó de colocar la tienda de Inés y Danny. No, ellos solos tampoco pudieron, y teniendo en cuenta que Harry montó la suya en 5 minutos les pareció buena idea su apoyo.
Harry: Doug, ayúdame. –le dijo, y entre los dos la montaron. - ¿Alguien más necesita la ayuda de Súper Judd? –soltó una carcajada.
Inés: ¡Creído! –dijo cuando pasaba corriendo detrás suya después de darle una pequeña colleja.
Harry: ¡Eh! –se quejó. – Te vas a enterar, pequeñaja. –gritó con voz de crío y empezó a correr detrás de ella.
Danny: Eh, tú, Súper Judd.-le llamó. - ¿Por qué no te vas a salvar al mundo y dejas a mi chica en paz?
Inés: ¿Danny? –susurró extrañada con esa reacción.
Harry: Idiota, sólo estábamos jugando.
Danny: Ya tienes una edad, ¿sabes?
Harry: Habló el más maduro de todos. Paso, Danny. Cada día estás más gilipollas.
Dicho esto dio media vuelta y entro en casa. En la cocina preparaban algo de cena.
Noelia: Jones, pensaba que habías cambiado esa jodida actitud. –había contemplado la escena.
Imitando lo que segundos antes había hecho Harry, entró en la casa. En el jardín ya solo estábamos Doug y yo dentro de nuestra tienda de campaña, sorprendidos con el numerito, y Danny y Carla.
Inés ando despacio hasta ponerse delante del pecoso.
Inés: ¿Hola? ¿Q-qué te ha pasa-do? –inquirió asombrada aún.
Danny: Déjame, Inés. –dijo con calma volviéndose y andando hasta su tienda. –Todo lo que hago, lo hago mal. Así que da igual.
Su tienda de campaña estaba justo al lado de la de Doug y mía. Dougie quiso salir, pero se lo impedí.
Carla: ¿Qué haces? –susurré. Con una mano en su pecho le empujé hasta dejarlo tumbado en el suelo. –Te van a ver, tonto.
Dougie: Tonto tú. –me contestó como un crío.- Tonta. –corrigió. Me tapé la mano para que no se oyera mi risa.
Carla: A ver, -volví a susurrar. –Están discutiendo. No puedes aparecer ahí como si nada. –me miró incrédulo. –Lo fastidiarías todo, ¿no te das cuenta?
Dougie: Prométeme que dejarás de ver novelas mejicanas. Te afectan demasiado. –soltó una carcajada. Le tapé la boca con mi mano mientras sonreía aguantándome mi risa.
Fuera, Inés siguió a Danny entrando en la tienda de campaña. El chico se había tumbado bocabajo en el suelo.
Inés: Danny. ¡Danny! –insistió al ver que no contestaba.
Danny: Inés, ya te lo he dicho. Déjame. –la voz se oía difuminada porque ni siquiera se había vuelto a mirarle cuando le contestó.
Inés: No has-ta que me di-gas que mierda t-te pasa.
De nuevo el chico no contestó. Inés intentó calmarse porque empezaba a ponerse nerviosa. Pero ahora que tenía a Danny, no quería perderlo. Tenía que actuar con cautela. Con cualquier palabra fuera de sitio Danny podría echarlo todo por la borda.
Después de pensar bien que tenía que hacer, Inés se tumbó al lado de Danny, imitando su posición.
Inés: ¿Y si t-te doy un be-so, me lo cuent-tas? –sonrió de lado contra el suelo.
Danny: ¿Cómo? –esta vez sí que se volvió hacia Inés. La chica había conseguido que sonriera.
Inés: Q-que si te doy un be-so, me lo cuen-tas. –repitió esta vez mirándose el uno al otro. Cada cual con una sonrisa de bobo en la cara.
Danny: Todo lo arreglas con un beso, ¿no? –ella asintió entusiasmada.
Dulcemente acercó su rostro al de Inés, uniendo sus labios una vez más. Con facilidad, Inés coloco sus manos en las mejillas de Danny. Incluso cuando se separaron, ella no las quitó.
Danny: Lo siento. –se disculpó el chico.
Inés: Un trato es u-un tra-to. –dijo divertida. – Yo he c-cumplido mi p-parte.
Danny: Solo te defendía. Y todos os habéis puesto como si hubiera matado a alguien. – Danny acercó más su cuerpo al de Inés, acomodándose mejor.
Inés: ¿Defen-derme? Danny, te has enca-rado con uno de t-tus mejores a-migos porque juga-ba conmigo a te-ner 6 años.
Danny: Joder, ya. Pero no sé… No quiero que te pase nada. Dentro de cuatro días te operan y estoy algo nervioso.
Inés: No vale que es-tés más nervio-so que yo. –rió cariñosamente. -¿Le pe-dirás per-dón a Harry?
Danny: Solo si me das beso.
Inés: Chantajista. –rió entre los labios de Danny.
En la tienda de al lado seguíamos Dougie y yo.
Carla: Ves. Lo que yo decía. Si hubieras salido cuando decías, esos dos no estarían ahora besándose.
Dougie: Cotilla. –rió.- Cuando entraron en su tienda, nosotros podíamos habernos ido perfectamente. Pero como te quieres enterar de todo…
Carla: Calla ya. –reí dándole un ligero codazo.
Dougie: Si me das un beso. –se burló.
Carla: ¡Idiota! Eso ha sido muy romántico, que lo sepas. –de nuevo, le volví a golpear levemente, para luego incorporarme.
Dougie: Ya te diré yo a ti lo que es verdaderamente romántico.
Me rodeo con sus brazos por la cintura y me volvió a tumbar a su lado, sujetándome fuertemente. Me giró para estar cara a cara y me besó a la vez que sonreíamos.
Tom: A ver, pajarillos, salid de vuestros nidos, qué está la cena. –gritó en el jardín.
Doug y yo asomamos las cabezas por la tienda de campaña. Vimos que Danny e Inés habían hecho igual que nosotros. Tom, Gi, Harry y Noe traían una bandeja con cosas para cenar.
Tom: Venga. ¿Quién hace la hoguera? –preguntó sonriente mientras todos ellos cogían asiento en el suelo de la hierba del jardín.
Los pajarillos salimos de nuestros nidos y nos sentamos con los demás. Se nos contagió en seguida el buen rollo que traían los demás de la cocina en pocos segundos. A Harry y a Noelia parecía habérseles olvidado el tema con Danny.
Y en momentos como ése me daba cuenta de que tenía que agradecer a quienquiera que sea lo que me había dado, porque era muy grande. En no muchos días, esas personas que ahora me acompañaban en esa cena en el jardín de una casa se habían convertido en mis mejores amigos. Las chicas, Inés y Noelia, sabía que ellas siempre me protegerían, y yo a ellas. Ahora estaban los demás. Gio, Tom, Danny, Harry y Dougie. La amistad era tan grande que solo de pensarlo me emocionaba. Me preguntaba si otras personas sentían lo mismo por sus amigos que yo por los míos o simplemente era demasiado sentimental

5 comentarios:

  1. demasiado sentimental dice esta... Ojalá yo tuviera esos amigos.
    Es decir, tengo amigos que los quiero hasta.... no tengo palabras ni para demostrarlo realmente, me refiero a todo lo que le ha pasado en nada.
    En mi, me mantengo en mi postura, se han ido para dejar libre el camino? es demasiado previsto? Volverán? Serán todos amigos de nuevo?
    SUBIRÁ PRONTO EL CAPITULO SIGUIENTE?

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  2. Qué pena que se hayan ido Jack y Alice... Pero me alegro de que las llamadas no fueran para algo malo. Fiúhhh
    Me encanta Dourla e ¿Inny/Dannés? En fin, que son muuuuy monos *-*
    Te love <3

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  3. Pobre Danny, solo está nervioso por la operación... tan mono él *_*
    No quiero que se termine todo JUM

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  4. Preguntas son lo que tengo y muchas ganas de leer!

    Que mono Danny que se preocupa por la operación de Inés... *-*
    Dougie y Carla más monosos y no nacen:)


    Espero con impaciencia el próximo capitulo! :3

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  5. Que guay!!
    Te dije ya mil veces lo genial que escribes? me encanta, en serio... haz un libro, yo lo compraría!!! sube pronto el proximo :)

    pd: amo al señorito Poynter! xD

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