jueves, 21 de abril de 2011

~ Capitulo 20;

Carla: Bueno... No hay mucho que contar.
Dougie: ¿Y qué hay del orfanato?
Carla: Pues, Dougie, hijo, un orfanato. Un sitio donde van niños que no tienen a nadie que les cuiden.
Dougie: Joder, Carla, hasta ahí llego. -contestó algo molesto.- Pero si no quieres hablar no pasa nada.
Carla: Vale, vale, lo siento. -me quedé pensando durante unos segundos.- No sé, Dougie, no sé nada de mi familia biológica. -empecé.- Desde que tengo memoria estuve en aquel colegio, en el que me dieron todo lo que necesitaba. Comida, una cama donde poder dormir y una educación de la que estoy muy orgullosa. Al principio tenía mucho miedo. No sabía dónde estaban mis padres, o si incluso podría tener hermanos. Pero poco a poco me fui acostumbrando, porque allí todos estábamos en la misma situación. -comenté.- Luego llegó Noelia. Sus padres habían fallecido en un accidente de coche, y no tenía a nadie que se hiciera cargo de ella. Y por azar la colocaron y la misma habitación que yo. Eso me dió la vida.- confesé.- Por fin alguien con quien hablar, jugar y malgastar el tiempo divirtiéndonos.  Y así fue. Pasábamos las 24 horas del día juntas.
     Paré de hablar, recondando cada una de las locuras que habíamos hecho, cada una de las broncas que nos llevábamos por parte de algunos profesores. Risas infinitas que no cesaba por nada del mundo.
Dougie: ¿Inés? ¿Qué pasó con ella? - A Dougie no se le escapó la parte de Inés. Sabía de sobra que era la que más curiosidad le daba.
Carla: Inés... -suspiré levemente.- Inés llegó sin idea de nada. Su madre murió y su padre no quiso hacerse cargo de ella. Estaba muy asustada, aún recuerdo su cara. No entendía a dónde había marchado su madre, y porqué su padre no estaba con ella. Era con una pequeña oveja entre una manada de lobos, o un gatito entre perros. Recuerdo como los niños se reían de ella, y no sabía defenderse. Todo ello hizo que le tuviera más miedo a todo y a todos. Nos constó mucho a Noe y a mí podernos acercar a ella.
Dougie: Vaya... -dijo con la mirada perdida.- ¿Y... Nunca te has preocupado de buscar a tu familia? -preguntó al fin.
Carla:  Yo ya tengo una familia. -contesté segura.- Y si te refieres a las personas que deberían de haberme cuidado y no lo hicieron, no, no me me he preocupado nunca de buscarlos. Ni lo haré.
     Dougie asintió. Me comprendía, o por lo menos, lo intentaba. Y eso me gustaba. No volvimos a hablar durante un rato. El silencio rondaba entre nosotros, ya que cada vez nos alejábamos más del centro de la ciudad. No era un silencio incómodo. Era un silencio bonito,de los que no se hacen notar, necesario incluso. Él asimilando, yo recordando. Sin a penas darnos cuenta, habíamos llegado a la urbanización.
Dougie: ¿Estás bien? -preguntó, mirándome a los ojos. Pude intuir cierta melancolía.
Carla: Sí. -afirmé.- ¿Por?
Dougie: Por lo que hemos estado hablando. No sé, supongo que debe de ser duro, ¿no?
Carla: Dougie.. -me paré y me pusé en frente de él.- Ya te he dicho que estoy mejor que bien con la que ahora es mi verdadera familia, ¿vale? No la cambiaría por nada del mundo. -dije.- Si te lo he contado es porque confió en tí y tarde o temprano lo terminarías sabiendo, pero no para que me mires con otros ojos. Eso es cosa del pasado y ahora soy como soy.
     Me gané una sonrisa tímida por su parte, pero aún así, sus ojos no me engañaban. Porque sus ojos transmitían todo lo que él sentía en cada momento, y ahora era todo menos felicidad.
Carla: ¡Dougie, que estoy bien! -le grité riendo, zarandeándole los hombros.- ¡Mira! -y por una razón, la cual desconocida, me puse a dar saltos por la calle. No había nadie por allí, asi que..
Dougie: ¿Qué estás bien? -rió muy escandalosamente.- Tú estás como una cabra, pero bien no estás.
     De nuevo esa risa. Esa que en la que enseña todos sus dientes, oculta practicamente sus ojos y te recuerda a un crío. Me paré a coger algo de aire. Mientras tanto, él venía andando hacia mí, sin dejar desaparecer la sonrisa de su cara. Sin duda, le había hecho gracia mi actuación.
Carla: Bueno... -respiré profundamente.- ¿Te ha quedado claro?
Dougie: Hmmm... -se quedó pensativo.- No, todavía no. ¿Lo puedes repetir? -rió.
Carla: ¡Idiota! -reí con él y le pegé un suave golpe en el hombro.
Dougie: Perdona, yo no soy la que va dando saltitos al más estilo Heidi en mitad de la calle.
Carla: ¡Ouch, Poynter, eso me ha dolido! Lo he hecho por ti, que lo sepas. -le miré mal a posta.
Dougie: Oh, lo has hecho por mí. Muchas gracias, mujer. Nunca sabré como recompensarte tal detalle hacia mi. -de nuevo, solotó una carcajada.
Carla: ¿Quieres parar? Estoy hablando en serio. -no, no estaba hablando en serio, y tampoco pude aguntar mucho rato mi risa. Me puse las manos en la boca, para disimular.
Dougie: Vaya, vaya.. Sí, muy seria te veo yo a ti. -dijo en tono irónico. Me agarró de las muñecas y me quitó las manos de la cara.
Carla: Quita, bishio. -reí y le saqué la lengua.
Dougie. Oh, ¿cómo osas? -preguntó ofendido, sin soltarme de las muñecas, a pesar de todo el esfuerzo que estaba haciendo para impedirlo.
Carla: Oso, oso. -contesté rápida.
Dougie: ¿Si? Pues nada, señorita, me temo que tendré que castigarla.
Carla: De eso nada, monada.
     Y en un movimiento rápido me solté, y eché a correr por la calle. Estábamos cerca de casa, asi que no fue mucho. Dougie me seguía. Me paré delante de casa, y busqué las llaves rápidamente. Más rápido llegó Dougie, que me cogió por atrás sin dejar que me moviese.
Dougie: Pillada. -dijo orgulloso.
Carla: Suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta...
Dougie: ¿Te crees que repitiéndolo varias veces te voy a hacer caso?
Carla: ...Suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta...
Dougie: No te voy a soltar...
 Carla: ...Suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta, suelta...
Dougie: ¡Qué pesada! -rió.- Que no...
     Entonces la puerta de casa se abrió. Me callé y dirigí la vista a ella. No veía la cara de Dougie, pero seguro que él también lo hizo. Era Noe.
Noelia: ¿Qué coño estáis haciendo? -estaba enfadada.- Llevo media hora llamando y tú y Inés no lo cogéis, Dougie apagado y el de Danny igual.
     Dougie me soltó, y yo, mientras Noelia hablaba, cogí mi móvil. Tenía unas cuántas llamadas perdidas.
Carla: ¿Pero qué ha pasado?
Noelia: Pasar no ha pasado nada, pero mira qué horas. Nos habéis preocupado.
     Pasamos a dentro de la casa. En el salón aún estaba Jack. Nos sentamos en los sillones.
Jack: Hey, ¿dónde habéis estado? Habéis tardado una eternidad.
Dougie: Fuimos al centro, y se ve que se nos fue el santo al cielo.
Noelia: Bueno, ¿Inés y Danny dónde están?
Carla: ¿No han llegado aún? -pregunté extrañada.
Noelia: No. Pensábamos que estarían con vosotros.
     Miré a Dougie preocupada.
Noelia: Carla, ¿qué ha pasado?

2 comentarios:

  1. Tengo que decirte (aunque ya te lo he repetido un par de veces xD) que cada día me gusta más el fic. Sube prontito *-*

    ResponderEliminar
  2. Wiiiiii *-*
    Me he leído ahora todos los que me he perdido porque se me olvida. xDDD
    Me encanta, enserio. Me gusta mucho tu forma de escribir y eso de que sea con Dougie kejhrkjewhjrkew.
    Y Danny me pone. Así de claro. xDDDDDD
    Espero que subas pronto, un beso <3

    ResponderEliminar